La flor del paisaje
Febrero de 2010
Pilar Esporrín muestra su obra pictórica en la Galería S´Art
Fruto de la coincidencia, el azar ha querido que convivan los mismos días en Huesca la exposición de fotografías de flores de Vicente Lachén (en la Cafetería Garabato) y la de pinturas de Pilar Esporrín Sanclemente en la Galería S´Art. Ambas tienen como eje central la flor en todo su hermoso esplendor. Pero en el caso de Esporrín Sanclemente el tratamiento pictórico del tema floral es insólito y diferente al habitual. Sus cuadros no son naturalezas muertas y tampoco en ellos se plasma la flor como una parte más del paisaje. No, en su caso, la flor es el elemento que hace girar todo el cuadro alrededor de él. Son particularmente llamativos y sorprendentes esos cuadros en los que la flor aparece en un primerísimo plano, perfectamente visible, segura de su protagonismo, mientras el paisaje se vislumbra en la lejanía. Tan diminutas como suelen ser, las flores en la obra de Pilar Esporrín aparecen inmensas y poderosas, emanando de ellas una luz natural cegadora. Una perspectiva sin duda muy original que muestra una naturaleza henchida, romántica y vigorosa. Sus combinaciones de espigas, cardos y amapolas también son especialmente atractivas. Y la sutil huella de otra gran pintora de flores como es Georgia O´Keeffe aparece de forma esporádica en algunas de sus obras. Una exposición verdaderamente aromática.
Hasta el día 4 de marzo, en la Galería S´Art.
Luis Yes
Alto Aragón.
El juego en el paisaje a través de caminos de luz, plantas y flores
2010
Pilar Esporrín muestra en la Galería S"Art, durante este mes, dos series de su obra más reciente.
HUESCA.- Una exposición que, como la artista explica, "ha ido saliendo ella sola, a base de ir haciendo cosas por aquí y por allá".
La muestra tiene dos hilos conductores: ermitas y caminos de luz, y pese a ser obra de los últimos dos años, en el caso de las ermitas hay un guiño al pasado. Pilar Esporrín recuerda que cuando se trasladó a vivir a Ayerbe hace una década, "empecé haciendo una exposición con una serie de ermitas. A mí siempre me ha gustado pasear e ir a los sitios, y las ermitas y las iglesias me atraen, me parecen lugares que están situados en sitios geográficos que son especiales, y lo que encuentras en ellos son cosas que te van dando vida, te motivan". En ese caso era una colección más figurativa: el edificio, el entorno...
Hoy, diez años después, Pilar Esporrín cambia el punto de atención. "Las ermitas quedan en un segundo plano y lo que pasa a ocupar el primero es la naturaleza", y pone un ejemplo, un cuadro grande en el que la ermita de Santa Lucía "es un espacio muy pequeño y la protagonista es una planta grande".
Es una nueva forma de contemplación, que a la hora de pintarla no ha sido algo "ni muy pensado ni muy intelectualizado. Ha sido algo que va surgiendo". Insiste en que es "la propia naturaleza, la propia planta, la propia flor o el trozo de lo que sea, lo que hace de mapa donde poder leer todos esos itinerarios más espirituales". Son "colores vivos, protagonistas en entornos grises".
Y siguiendo por ese camino de la naturaleza, en el que Pilar Esporrín reconoce "muchas leyes de geometría, de geología...", la luz es otra de las lecturas que ella hace del paisaje. "Siempre hay un movimiento, unas fuerzas que están en contraste, un juego muy dinámico entre contrarios, y en ese juego, que siempre encuentro, me ha dado por la luz y la sombra", que es lo que refleja en su serie "Caminos de luz", en la que "los diferentes elementos de la naturaleza quedan enmascarados entre transparencias monocromáticas, para dejar paso a los recorridos de la luz, que tienen como resultado formas juguetonas que definen el espacio".
Completando estas dos series, Pilar Esporrín muestra alguna obra más antigua porque "cuando a uno se le ocurre una serie, una nueva etapa, siempre hay un antes y un después. De hecho, hay veces que te pones a mirar obra de cuando tenías 15 ó 20 años y en ella ya había allí un germen de lo que luego iba a ser, porque no somos tan cambiantes ni variables, vamos dando vueltas pero sin alejarnos mucho de algo". Por eso, en esas obras que tienen cinco o seis años, Pilar Esporrín ya iba marcando el camino para llegar a estas, a la luz y a la naturaleza plena de color.
De ahí que los colores sean "espacios organizados con una geometría interna, con tonos grises y otros fuertes", y todos ellos plasmados sobre el lienzo con técnicas variadas ya que en la exposición hay pastel, acuarela, óleo y mucha técnica mixta, "que cada vez me atrae más". También son muy variados los materiales: tela, papel, madera.., así como los tamaños, desde muy pequeños, 20 x 20 centímetros, hasta obras de 1,30 x 1,20 metros.
Son entre treinta y cuarenta cuadros de estilo figurativo, al que ha llegado desde la abstracción, pero sin renunciar a las fuentes y las bases de sus comienzos en la pintura, "que antes eran de una forma más puramente teórica. Me basaba mucho en la teoría cuántica y cosas científicas, porque siempre me ha atraído ese mundo y, poco a poco, vas aplicando esas leyes y formas a lo que te rodea, a la naturaleza. El resultado final es que se cumple igual. A gran escala o a pequeña escala, a nivel del Universo o del átomo, a nivel de cómo se organiza un ecosistema..., siempre funciona desde la misma manera", asegura Pilar Esporrín, que ahora trata de reflejar "el punto de vista del observador, experimentarlo, y para ello tienes que tener una sensación de receptividad o silencio", que cobra vida propia en "el juego en el paisaje".
Jose luis Sara Oliván, diario del Alto Aragón 2010
Bajo esa aparente simplicidad formal
Febrero 2010
Bajo esa aparente simplicidad formal que recorre los paisajes de Pilar Esporrin, se adivina todo el trabajo previo, de horas y estudio sobre los fundamentos de la pintura. Contienen la sabiduría de la elección del punto de vista para la mejor solución compositiva. El conocimiento de las fuerzas de la geometría, el estudio de la textura, transparencias, color y gesto. El gesto que se fue apoderando progresivamente de las primeras obras, para liberarlas de las redes de la matemática. Ahora es el propio gesto el que compone la geometría del paisaje, que ha tallado, a lo largo de milenios, el río Gállego.
Fernando Alvira. Crítico de arte. Presidente Asociación de críticos de arte de Aragón.
4 Esquinas.
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